La historia que tiene la Biblia detrás para ser lo que hoy en día es, realmente es emocionante y suscita a veces entre la gente incertidumbre sobre si ha sido cambiada, si realmente es la palabra de Dios y en qué consiste que sea inspirada por el Espíritu Santo.
Como ya se dijo en otro post, hay quienes piensan que Jesús es sólo un símbolo de lo bueno y otros suponen que creer en su existencia no es asunto de fe, sino de testimonio histórico. No obstante, para confesar que Jesús es Hijo de Dios o Dios hecho hombre, sí se necesita un acto de fe.
Para Laín creer en la existencia de Jesús no requiere estrictamente de una religión, pues se trata de “una certidumbre de carácter histórico, una convicción impuesta por testimonios y argumentos enteramente fiables” (Aguiló, 2013, p. 131).
Además de lo que está escrito en la Biblia sobre Jesús, hay suficientes evidencias de su existencia y de lo que hicieron sus primeros seguidores en los escritos de varios historiados antiguos, como Flavio Josefo, Tácito, Plinio el Joven o Suetonio, por lo que podemos estar ciertos de la existencia de Jesús y ningún historiador se atrevería a dudar y negar la fuerza de las evidencias de las fuentes paganas, judías y cristianas que avalan que Jesús existió.
En el recorrido que han hecho los evangelios por sus tres etapas, empezando con las enseñanzas de Jesús, siguiendo con la predicación de los apóstoles y terminando en textos escritos por los evangelistas, han tenido tropiezos, aventuras, traducciones y contradictores. Pero la experiencia que podemos tener quienes nos acercamos a ellos, es que es de verdad la palabra de Dios, que aviva nuestro corazón y lo acerca a Él.
No en vano el Papa Francisco instituyó el Domingo de la Palabra de Dios a través de la carta apostólica , cuyo significado es les abrió el entendimiento. En esta carta comenta el Santo Padre:
Cuando uno se detiene a meditar y rezar sobre el texto sagrado, entonces se puede hablar con el corazón para alcanzar los corazones de las personas que escuchan, expresando lo esencial con vistas a que se comprenda y dé fruto. Que nunca nos cansemos de dedicar tiempo y oración a la Sagrada Escritura, para que sea acogida “no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como Palabra de Dios” (1 Ts 2,13). (S.S. Francisco, 2019).
Hagamos más cercana nuestra relación con la Sagrada Escritura, lancémonos a conocerla más y a hacerla parte de nuestra vida, que con seguridad estrechará nuestra relación con Dios y nos llevará a reencontrarnos con la certeza de un Dios que nos quiere plenamente felices.
Referencias
Aguiló, A. (2013). ¿Es razonable ser creyente?: 50 cuestiones actuales en torno a la fe [5ª ed.]. Madrid, España: Ediciones Palabra.
S.S. Francisco (2019). Carta apostólica en forma de «motu proprio» del Santo Padre Francisco Aperuit illis, con la que se instituye el Domingo de la Palabra de Dios (en línea). Sitio web La Santa Sede. Disponible en http://www.vatican.va/content/francesco/es/motu_proprio/documents/papa-francesco-motu-proprio-20190930_aperuit-illis.html